viernes, 4 de septiembre de 2009

EL CAPITALISMO

El capitalismo es un sistema económico cerrado de explotación. Se basa en tres elementos fundamentales que solo pueden ser ejercidos por la burguesía: La propiedad privada, la acumulación de riquezas y el libre comercio de vidas, bienes y servicios. Las relaciones sociales se desarrollan en torno a los medios de producción, alrededor de los cuales se generan dos clases sociales totalmente diferentes por la desigualdad social que reina en el sistema; La burguesía y el proletariado.

La burguesía es la clase explotadora. Dueña de la mayor parte de los medios de producción; a costa de la plusvalía producida por millones de trabajadores en el mundo y la monopolización a escala mundial de los campos económicos más fructíferos de la sociedad. Es una clase arribista que no conoce la necesidad del pueblo, que centraliza el poder y manipula el estado. Se vale de aparatos ideológicos como la iglesia y los medios de comunicación para alienar al pueblo y desarrollar su apurada carrera expansionista sin importar el coste ambiental y social.

El símbolo más preponderante de la burguesía está constituido por el empresario burgués. Típico representante de su especie: un hombre exitoso a costa del trabajo del pueblo, Un personaje “elegante y responsable”; que toma riesgos sin importarle las nefastas consecuencias en el ámbito social, un individuo dotado de inteligencia que quiere conquistar todos los mercados mundiales y de paso destruir la naturaleza, un “pequeño imperialista glotón” que quiere apoderarse del mundo constituyendo inmensas multinacionales, que destruyen nuestra soberanía nacional, exterminan a los pequeños comerciantes de nuestros pueblos y contaminan nuestra pluralidad original. Un gran cuadro digno de todo el reconocimiento mundial por su estupidez y ambición, digno de ocupar las portadas de las revistas más “importantes y prestigiosas” del mundo donde se destacan sus escándalos y derroches de fortuna, mientras miles de niños mueren todos los días de hambre en el mundo. Todo un modelo a seguir por parte del burdo sistema imperial.

Por otra parte se encuentra el proletariado, la clase explotada. Conformada por millones de trabajadores que constituyen la mayor parte de la población mundial: Niños, obreros y campesinos; Hijos del pueblo, que lastimosamente se han convertido en esclavos del sistema. Hombres y mujeres, que pagan su condena como almas en pena, día tras día en las grandes fabricas, empresas y multinacionales, que no ven mas allá de sus propios intereses, y que lo único que valoran de sus vidas es su fuerza de trabajo; lo que finalmente los convierte en explotados o desechados del sistema.

El proletariado es nuestro pueblo, que siempre ha estado oprimido y explotado, sujeto a las cadenas de la pobreza y el subdesarrollo, sumiso ante su propia realidad a causa de la represión militar, que hoy en día llega a ser más peligrosa que la insurgente; esta sociedad de trabajadores que todos los días es humillada, controlada y sistematizada, por el estado.

El proletariado es este mismo pueblo que unos pocos han pintado a blanco y negro, el mismo que todos los días sobrevive prestando en un lado y prestando en el otro, dilatando heroicamente el miserable salario mínimo que no alcanza ni siquiera a cubrir el precio de una decente canasta familiar, pero que según las maquilladas cifras de los medios alcanza para esta vida y para la otra. Este mismo pueblo que ve como sus hijos se mueren en la puerta de los hospitales ante la imposibilidad de pagar una gran suma de dinero, ese mismo pueblo que se sume en la ignorancia ante la privatización de sus escuelas y universidades, este pueblo que entrega sus hijos a la guerra por unos pocos pesos, el mismo pueblo que mendiga favores a los políticos que el mismo ha elegido, el mismo pueblo incapaz de levantarse y reclamar lo que es suyo y violentamente se le ha quitado.

La característica más sobresaliente del capitalismo es su marcada desigualdad social. El proletariado es la parte fundamental de este organismo, debido a que esta clase produce millones de mercancías que dejan fluir el dinero, “claro en las altas esferas de la sociedad”. Mientras la producción es colectiva el disfrute de las ganancias es privado. La desigualdad social es fruto de la monopolización de los medios de producción que son el alma en bruto del sistema. Al apoderarse del elemento más importante para adquirir riquezas, la burguesía comienza su carrera imperialista por apoderarse y monopolizar todos los sectores más fructíferos y productivos de la sociedad como: Los medios de comunicación, las grandes empresas de textiles, los supermercados, los bancos, los hospitales, los clubes, entre otros muchos elementos que resultan muy lucrativos para su clase.

Al apoderarse de estos elementos la burguesía se torna cada vez más fuerte en su campo económico base de la conocida pirámide social, se vuelve entonces una clase poderosa e intocable, y comienza a escalar en las altas esferas de la sociedad, entonces va contaminando de corrupción poco a poco la política, las instituciones gubernamentales y finalmente el estado. Aquel que elegimos y que no somos capaces de cuestionar ni de reclamar.

Al constituirse como la clase hegemónica del sistema la burguesía desarrolla una ideología antitética, la moral desaparece, el mundo es un organismo lleno de mercancías y productos, en este sistema todo tiene un precio, las vidas se compran y se venden. Como diría un argentino “si vives sos explotado y si mueres sos remplazado”, la vida tiene precio compras un bebe por unos cuantos pesos y eres asesinado por una gorra y un par de zapatos. El hombre solo es un producto un accidente creado para adorar al nuevo dios, “el dinero” ese por el cual algunos mal nacidos venden a sus madres y a sus hijas, ese nuevo dios que te pinta la felicidad y te consume la vida. Ese falso dios por el que muchos hipócritas han vendido su pueblo, su alma, su vida y su conciencia.

En este sistema tan cuadriculado pero al fin de al cabo sin reglas donde para alcanzar al nuevo dios es necesario pasar por encima de los demás, donde si se quiere amasar una gran fortuna es necesario hacer harina a la sociedad, donde no eres un hombre sos una maquina que produces desde el primer día de tu vida hasta el ultimo día de tus agonías.

JUAN ANDRES ROMERO PRADA…

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